21 de noviembre de 2011

Personajes secundarios de La Pasión (I)

Los doce Apóstoles

Según el Nuevo Testamento, los doce Apóstoles definitivos fueron aquellos que no abandonaron a Jesús cuando este les indicó que debían comer su cuerpo y beber su sangre para alcanzar la vida eterna:
Ellos fueron, en orden de elección:

  • Simón, hijo de Jonás o Juan (Simon bar Jonah o Šim`ôn bar-Yônâ) (Mt 16:18), renombrado por Jesús, Pedro (Mr 3:16). También conocido como Simon bar Jochanan (arameo) y Simón Pedro.
  • Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo .
  • Andrés, hermano de Pedro y exdiscípulo de Juan el Bautista.
  • Juan, el menor de los doce, también hijo de Zebedeo (por tanto, hermano de Santiago el Mayor).
  • Felipe de Betsaida
  • Bartolomé hijo de Talemai, llamado también Natanel de Caná.
  • Tomás (llamado Dídimo o Mellizo).
  • Mateo, el publicano o recaudador de impuestos, llamado también Leví.
  • Santiago el Menor, Santiago hijo de Alfeo, llamado también Santiago el Justo.
  • Judas Tadeo. En algunos manuscritos de Mateo, el nombre "Lebbaeus" ocupa su lugar o es llamado Judas, hijo de Santiago.
  • Simón el cananeo, el Celador o Zelote (guerrillero)
  • Judas Iscariote. También es referido como «Judas, hijo de Simón» (Jn 6:71; Jn13:26). Judas, a causa de su traición a Jesús, se ahorco (de acuerdo a Mateo 27:5 y Hechos 1:18) y a raíz de esto se escogió a Matías como su reemplazo.
Todos ellos eran galileos con excepción de Judas Iscariote, que se presume era de Judea (para algunos Iscariote significaría textualmente isqueriot, «de Queriot» al sur del distrito de Judá); mientras algunos más interpretan: de Isacar. Para otros viene de los sicarii, grupo de judíos nacionalistas insurgentes. Después de la resurrección y ascensión de Jesucristo y tras haberse suicidado Judas Iscariote, los once Apóstoles restantes se reunieron y eligieron a Matías para completar nuevamente el número de doce Apóstoles enviados a las doce tribus de Israel.


Apostolado de la Hermandad de la Cena de Sevilla, realizado por Ortega Bru.


Anás

Sumo Sacerdote del Sanedrín. Anás era hijo de Seth, y fue designado sumo sacerdote entre los años 6 y 15 d. C. por el romano Quirinius, hasta que el procurador romano Valerius Gratus (el que después dejaría su cargo a manos de Poncio Pilato) le quitó su puesto para más tarde concedérselo a Caifás (año 18).

Anás, aún después de su despido, fue considerado sumo sacerdote junto con Caifás, y podía actuar como presidente del Sanedrín. Según San Juan evangelista, Jesús fue llevado primero ante Anás y, después de un interrogatorio, éste pidió a sus guardias que le llevasen ante Caifás y el resto del Consejo.

Anás actuó junto a Caifás en la captura y crucifixión de Jesucristo y en la posterior persecución de sus discípulos. Es por eso que la tradición cristiana le atribuye a Anás y Caifás la responsabilidad de haber mandado a muerte a Jesús.

En su presencia, uno de sus sayones abofeteó a Jesús durante su juicio.

 Anás de la Hermandad del Perdón de Córdoba


Caifás

En el año 18 d.C. Caifás fue nombrado Sumo Sacerdote por el procurador romano de Judea Valerio Grato, sustituyendo a Simón ben Camithus. Casado con la hija del ex Sumo Sacerdote Anás, se mantuvo como máxima autoridad religiosa judía durante toda la administración de Poncio Pilato, sucesor de Grato, ocupando el cargo durante dieciocho años. En el año 36 fue destituido por el procurador Vitelio.

Como saduceo, Caifás no creía en la resurrección de los muertos, al contrario que los fariseos. Según el Evangelio de San Juan, las noticias sobre una supuesta resurrección de Lázaro realizada por Jesús alarmaron a los Sumos Sacerdotes, hasta el punto de que el Sanedrín (tribunal supremo de los judíos) se reunió en una sesión extraordinaria, para decidir lo que harían con Jesús. La reunión estuvo presidida por Caifás, en calidad de Sumo Sacerdote en funciones. No obstante, su suegro Anás, que mantenía una gran autoridad dentro del tribunal, influyó notablemente en la resolución del caso. De esta reunión salió la famosa frase de Caifás que plasma su pensamiento sobre Jesús: "...conviene que muera uno sólo por el pueblo y no perezca toda la nación".



Caifás de la Hermandad de la Humildad de Zaragoza



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